
Ella era así....tan especial, tan distinta, tan querible.
Era la tía modista-peluquera, porque cuando éramos chiquitas, ella era la que nos hacía los más primorosos vestiditos, la que nos cortaba las mechas,la que no hacía diferencias entre sus hijas y sus sobrinas. Ella era como una hermana con mi mamá, y a pesar de ser cuñadas, compartían alegrías y tristezas.
Y así crecí queriéndola entrañablemente, y ya de grande y casada fue un apoyo importante en los peores momentos que tuvimos que atravesar, siempre estaba al lado nuestro, siempre nos amparó y nos dio lo mejor de ella misma.
Cuando nos fuimos a vivir a Ituzaingó, ella tenía su precioso departamento en el centro de la capital,pero no quizo estar lejos, y sin titubear lo vendió y se compró una casita a la vuelta de nuestra casa.
Por las tardes, siempre tenía preparado algo rico para la hora de tomar la leche y aparecía con la bandeja con sus tortas o masitas o nos invitaba a su casa, esa vereda era como un pasillo que nos unía, los chicos iban y venían sin problemas.
Martín era chiquito, tenía alrededor de tres años, en ese momento era el menor y sufría el tener dos hermanos mayores , no siempre se le podían dar todos los gustos y a mí como mamá me tocaba ponerle los límites. El rol de madre no siempre es simpático, los abuelos pueden malcriar y no hay problemas y la tía abuela con más razón todavía.
Esa tarde, ya no recuerdo cual fue el conflicto, pero el muchachito sintió que la situación lo superaba y tomó un bolsito que usaban para jugar, guardó algunas ropas y juguetes y sin mayores explicaciones partió raudamente para la casa de la tía, que lo recibió con los brazos abiertos y algunas golosinas. Y no volvió.... yo esperaba, seguí esperando y cuando la angustia me sobrepasó fui a buscarlo y lo encontré muy contento y sin intenciones de volver al hogar abandonado.
Finalmente nos reconciliamos y nos volvimos juntos y abrazados pero quedó demostrado que tenía su carácter y que buscó refugio con la tía abuela que lo adoraba y lo llamaba :"Mi Alain Delon".
KNISHES
MASA:
300 gramos de harina
1 huevo
2 cucharadas de aceite
Agua tibia con sal
Tamizar la harina y agregarle el huevo y el aceite, con el agua y la sal formar una masa no muy blanda, pero que se pueda estirar fácilmente.Dejar descansar.Estirarla bien fina.
Relleno:
1 1/2 kg de papas
1 kg de cebollas
Aceite
Sal y pimienta
Hacer un puré con las papas hervidas.Picar las cebollas y freirlas. Unir el puré con las cebollas, agregar sal y pimienta.
Estirar la masa bien fina y colocar el relleno en el borde,a lo largo.Enrollar, cortar trozos con el canto de la mano y formar pequeños bollos. Llevar a horno mediano, hasta que se doren.
ACLARACION:1) La vida moderna nos permite comprar tapas de tarta hojaldradas para no hacer la masa.
2) Al puré las abuelas le agregaban a gusto chicharrones de grasa de gallina y trocitos de piel ( si las abuelas vieran los knishes light de la actualidad, podrían volver a morirse de susto).
mmmmmm que ricooooo yo quierooooo, y falto lo mas divertido de la tia...las peleas infantiles con el abuelo, como buenos hermanos los mier. siempre me mostraba como responder a las maldades del abuelo, como por ejemplo cada vez que el abuelo decía algo de mi carácter ella me decía que le responda lo que se hereda no se roba, frase que entendí hace tan pocos años.... jaja
ResponderEliminarLau
Si, era especial, pura fuerza, pura energía, siempre positiva, siempre pensando en los demás, imposible no quererla, imposible no extrañarla y en mas de una ocasión cuando camino por esta Buenos Aires, me descubro pensando en ella.
ResponderEliminarEn más de una momento, cuando las cosas parecen que te van a aplastar, pienso que haría mi tía Rebeca y al pensar en ella lo que estoy segura es que jamás dejaría de hacerle frente a la vida.
Era pura energía y esa fuerza nos acompañará por siempre.
Imposible no quererla, imposible no extrañarla.
Hoy en mi sesión recordé exactamente ese hecho de Martin y mamá, el grande amor que siempre existió entre las cuñadas y el hermano y nos dejaron de herencia, no existe dinero que se pueda comparar.
ResponderEliminarDiana
Que bueno. abría que aclarar que YO Avise que me iba de casa.:)
ResponderEliminarYo siempre la quise mucho a la Tia. la Quiero aunque no este. Es una parecencia en los recuerdos, las anecdotas.
Uno no elije a la familia pero si elije quererla. Aunque es mentira que era MALCRIADORA...
Pensaba que comida podría haber sido aparte de los knishes.
Vareniques,
Bombas de crema
Palos de Jacob. MMMHH MM MMHHH MMMHH MMMH
Que rico
bombas de crema bañadas en chocolateeeeee quieroooo
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