Norma tenía tres años y quería una hermanita que se llamara Susanita, y la pedía con insistencia.
Llegó el hermanito, pero fue Gustavo, al año siguiente otro hermanito más pero fue Martín.Ya eran una pandilla. No estaba en los planes inmediatos seguir buscando una hermanita mujer.
Le conseguimos una preciosa coneja blanca a la que le pusimos de nombre Susi y nos quedamos todos contentos, sobre todo Norma que ya había experimentado que significaba tener hermanos menores y se le había ido el entusiasmo por seguir compartiendo sus juguetes y todas sus pertenencias.
Susi demostró condiciones de adaptabilidad a la vida familiar asombrosas.Teníamos una pequeña quinta, con lechugas, rabanitos, acelga que el abuelo León cuidaba con esmero, por supuesto que la quintita fue cercada y la coneja quedó libre para deambular por todo el terreno.A la mañana se acercaba a la puerta de la cocina, tamborilleaba en la puerta con sus patitas delanteras hasta que le habríamos, entraba a la cocina y se dirigía rápidamente a la alacena donde se guardaba el pan.Cuando se lo dábamos salía con ese trozo apetecido al patio a comerlo tranquila.
Bueno, tranquila es una manera de decir, se iba a un rincón donde la perra no tuviera alcance. Y después empezaba el juego entre las dos mascotas, jugaban y corrían con los chicos y eran su juguete favorito.
Hasta que un día ,ayyyy!!!! el instinto animal!!!La perra la corrió tanto que la pobre conejita tuvo un paro cardíaco.Y tuvimos funerales, y lloramos y nos consolamos pero no tuvimos más conejos en la casa.
Cómo les gustaba a los chicos participar en la cocina!!! , juntos hacíamos tortas y postres y la preferida era :
Torta de 80 golpes
Ingredientes:
Harina común: 600 gramos
Levadura:50 g
Azúcar: 5 cucharadas
Aceite: 5 cucharadas
Agua o leche: 1 taza
Huevo: 1
Margarina: 100 g batida con azúcar
Mezclar todo y dejar levar.
Formar una masa y darle 80 golpes contra la mesada
Dejar levar nuevamente
Cortar porciones, estirar y untar con la margarina
Enrollar e ir colocando los rollitos en un molde de torta, uno al lado del otro.
Espolvorear con azúcar y hornear
lunes, 30 de agosto de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
La llegada al valle
El 25 de agosto de 1981, con Laura que era una bebé de dos meses y en nuestro poderoso Chevrolet 400,enorme!!! nos largamos para la Patagonia.
Teníamos que encontrar un lugar para vivir, para recomenzar nuevamente,para criar a nuestros hijos con tranquilidad, en un lugar diferente.
Yo no conocía el sur del país, se me confundían ciudades y pueblos, no tenía una idea clara de con qué me iba a encontrar, recorrimos muchos kilómetros y me asustaba ver los campos desérticos, las poblaciones tan pequeñas que se terminaban solo con hacer unas cuadras.
Tito me miraba y me decía que no me preocupara, que ya íbamos a llegar a lugares mucho más atractivos. De repente como por arte de magia entramos al valle. Las primeras chacras con sus árboles frutales, esos nuevos brotes primaverales y las flores rosadas y blancas que apenas asomaban en las plantas me dejaron perpleja, me pareció de una belleza tan grande que fue un regalo para la vista.
Finalmente paramos en Cipolleti, nos alojamos en el viejo hotel Ludman y al día siguiente salimos a recorrer. Eran días primaverales, y encontramos una casa para alquilar que nos servía para la familia numerosa.
Volvimos a Buenos Aires y en pocos días concretamos la mudanza.
El 5 de septiembre ya había salido el camión con la mudanza y se habían ido con el auto cargado mi papá y Tito, mientras visitaban algunos de sus clientes por el camino.
Yo me venía con el resto de la familia y no fue cosa fácil.
Ibamos a viajar en el vuelo nocturno, que en esa época era mucho más barato que el diurno.Y el problema surgió cuando averiguamos que para traer a la perra,una preciosa Coker dorada,teníamos que conseguir un canil adecuado. No teníamos los medios para comprarlo así que decidimos dejarla en la casa de unos buenos vecinos que la iban a cuidar.
Nunca me atreví a preguntarle a los chicos si preferían que se quedara la perra o yo, porque la respuesta pudo haber sido muy dolorosa.Pero tenían una tristeza muy grande y el vecino, que los quería mucho, le fabricó una jaula de madera y pudimos traerla para gran algarabía de toda la familia.
No sé por qué la gente nos miraba, llegamos al aeropuerto: la abuela Juanita con sus dos bastones canadienses que le permitian caminar lentamente. Los tres chicos mayores con sus mochilas rebosantes con los útiles escolares( porque fueron a la escuela hasta el último día), más los juguetes inseparables y todo lo que encontraron a último momento y no se podía dejar. La bebé en su moisés. La perra en su jaulita.Una canasta que contenía una bolsa de nylon llena de agua con los pecesitos de colores, que sucumbieron a la altura y compresión del avión.Y yo...que los arreaba para no perder a ninguno de mis angelitos.
Así llegamos a Neuquén donde nos esperaban ansiosos el padre y el abuelo.La perra saltó feliz de que la liberaran y se acostó cuan larga era en el asiento trasero del auto sin dejar lugar para los humanos que tuvimos que acomodarnos como pudimos.
Pero ya estábamos en casa!!!! Y empezamos una nueva y feliz historia.
LIMON PIE (dedicado a GUS)
INGREDIENTES:
Agua.1 taza
Azúcar: 1 taza
Margarina: 1 cucharada
Maizena: 1/2 taza
Limón: ralladura y jugo de 1
Huevos :3
Azúcar: 6 cucharadas
Masa: 1
Cocinar en una cacerola el agua, el azúcar y la margarina.
Agregar la maizena diluida en el agua fría (en total una taza)
Revolver, agregar la ralladura y jugo del limón y apagar el fuego.
Batir 3 yemas con un poco de leche y agregar a la preparación
Cocinar 1 minuto
Precocer la masa y cubrir con la crema de limón
Hacer merengue con las 3 claras y las 6 cucharas de azúcar.
Cubrir la torta y llevar unos minutos al horno para dorar el merengue
Teníamos que encontrar un lugar para vivir, para recomenzar nuevamente,para criar a nuestros hijos con tranquilidad, en un lugar diferente.
Yo no conocía el sur del país, se me confundían ciudades y pueblos, no tenía una idea clara de con qué me iba a encontrar, recorrimos muchos kilómetros y me asustaba ver los campos desérticos, las poblaciones tan pequeñas que se terminaban solo con hacer unas cuadras.
Tito me miraba y me decía que no me preocupara, que ya íbamos a llegar a lugares mucho más atractivos. De repente como por arte de magia entramos al valle. Las primeras chacras con sus árboles frutales, esos nuevos brotes primaverales y las flores rosadas y blancas que apenas asomaban en las plantas me dejaron perpleja, me pareció de una belleza tan grande que fue un regalo para la vista.
Finalmente paramos en Cipolleti, nos alojamos en el viejo hotel Ludman y al día siguiente salimos a recorrer. Eran días primaverales, y encontramos una casa para alquilar que nos servía para la familia numerosa.
Volvimos a Buenos Aires y en pocos días concretamos la mudanza.
El 5 de septiembre ya había salido el camión con la mudanza y se habían ido con el auto cargado mi papá y Tito, mientras visitaban algunos de sus clientes por el camino.
Yo me venía con el resto de la familia y no fue cosa fácil.
Ibamos a viajar en el vuelo nocturno, que en esa época era mucho más barato que el diurno.Y el problema surgió cuando averiguamos que para traer a la perra,una preciosa Coker dorada,teníamos que conseguir un canil adecuado. No teníamos los medios para comprarlo así que decidimos dejarla en la casa de unos buenos vecinos que la iban a cuidar.
Nunca me atreví a preguntarle a los chicos si preferían que se quedara la perra o yo, porque la respuesta pudo haber sido muy dolorosa.Pero tenían una tristeza muy grande y el vecino, que los quería mucho, le fabricó una jaula de madera y pudimos traerla para gran algarabía de toda la familia.
No sé por qué la gente nos miraba, llegamos al aeropuerto: la abuela Juanita con sus dos bastones canadienses que le permitian caminar lentamente. Los tres chicos mayores con sus mochilas rebosantes con los útiles escolares( porque fueron a la escuela hasta el último día), más los juguetes inseparables y todo lo que encontraron a último momento y no se podía dejar. La bebé en su moisés. La perra en su jaulita.Una canasta que contenía una bolsa de nylon llena de agua con los pecesitos de colores, que sucumbieron a la altura y compresión del avión.Y yo...que los arreaba para no perder a ninguno de mis angelitos.
Así llegamos a Neuquén donde nos esperaban ansiosos el padre y el abuelo.La perra saltó feliz de que la liberaran y se acostó cuan larga era en el asiento trasero del auto sin dejar lugar para los humanos que tuvimos que acomodarnos como pudimos.
Pero ya estábamos en casa!!!! Y empezamos una nueva y feliz historia.
LIMON PIE (dedicado a GUS)
INGREDIENTES:
Agua.1 taza
Azúcar: 1 taza
Margarina: 1 cucharada
Maizena: 1/2 taza
Limón: ralladura y jugo de 1
Huevos :3
Azúcar: 6 cucharadas
Masa: 1
Cocinar en una cacerola el agua, el azúcar y la margarina.
Agregar la maizena diluida en el agua fría (en total una taza)
Revolver, agregar la ralladura y jugo del limón y apagar el fuego.
Batir 3 yemas con un poco de leche y agregar a la preparación
Cocinar 1 minuto
Precocer la masa y cubrir con la crema de limón
Hacer merengue con las 3 claras y las 6 cucharas de azúcar.
Cubrir la torta y llevar unos minutos al horno para dorar el merengue
domingo, 8 de agosto de 2010
Emociones que te da la vida
Yo estaba convencida de que no había amor más grande que el de una madre.Ver crecer a tus hijos, enseñarles todo lo que necesitan para enfrentar la vida de la mejor manera posible.
Creía que era sublime limpiarles los mocos, cambiarles los pañales, curarles las sangrantes lastimaduras, decirles que templaban el carácter cuando se peleaban a golpes e insultos con sus hermanos.
Era genial tratar de leer las pruebas escritas resueltas con lápiz de color amarillo, intentar ver un sol en el vidrio trizado de la cocina, festejar cuando con un plato de tallarines le inventaban una peluca al más chiquito o cuando se limpiaban las manitos del chocolate robado en el vestido de fiesta de la hermana mayor.
Todo era motivo de risas, festejos y velados enojos que frente a un "no te reís conmigo?" pasaban como por arte de magia.
Pero pasan los años ,los hijos crecen y aparecen los nietos!!!!El milagro de la vida se renueva y desde el mayor que decía "ni se te ocurra" cuando pícaro miraba el tomacorriente con un enchufe en la mano,pasando por la nena que nos robó el corazón cuando nos dijo por primera vez :abu!!! y el más chiquito que nos grita: salta abuelo!!!mientras nos fuerza a hacer un ejercicio aeróbico extraordinario.Creía que todo estaba dicho....pero ahora... la gran sorpresa, hay otra personita en camino y el corazón se nos estruja y las lágrimas se escapan solas, sin que las llamemos y disfrutamos plenamente de esas emociones que nos da la vida y entendemos que hay un amor tan grande,tan inmenso que es igual que el que se siente por un hijo.
TORTA DE RICOTA
INGREDIENTES:
Harina leudante: 370 g
Azúcar : 125g
Manteca : 275 g
Ralladura de limón
Huevo: 1
Relleno:Mezclar:
Ricota : 400 g
Azúcar: 125
Maizena: 1 cucharada
Huevos: 3
Pasas-nueces-canela: a gusto
Mezclar la manteca blanda con el azúcar ,el huevo y la ralladura de limón.
Agregar la harina y unir todo
Colocar la mitad de la masa en una tartera, cubrir con el relleno.Tapar con la otra parte de la masa estirada y hornear
Espolvorear con azúcar impalpable.
Creía que era sublime limpiarles los mocos, cambiarles los pañales, curarles las sangrantes lastimaduras, decirles que templaban el carácter cuando se peleaban a golpes e insultos con sus hermanos.
Era genial tratar de leer las pruebas escritas resueltas con lápiz de color amarillo, intentar ver un sol en el vidrio trizado de la cocina, festejar cuando con un plato de tallarines le inventaban una peluca al más chiquito o cuando se limpiaban las manitos del chocolate robado en el vestido de fiesta de la hermana mayor.
Todo era motivo de risas, festejos y velados enojos que frente a un "no te reís conmigo?" pasaban como por arte de magia.
Pero pasan los años ,los hijos crecen y aparecen los nietos!!!!El milagro de la vida se renueva y desde el mayor que decía "ni se te ocurra" cuando pícaro miraba el tomacorriente con un enchufe en la mano,pasando por la nena que nos robó el corazón cuando nos dijo por primera vez :abu!!! y el más chiquito que nos grita: salta abuelo!!!mientras nos fuerza a hacer un ejercicio aeróbico extraordinario.Creía que todo estaba dicho....pero ahora... la gran sorpresa, hay otra personita en camino y el corazón se nos estruja y las lágrimas se escapan solas, sin que las llamemos y disfrutamos plenamente de esas emociones que nos da la vida y entendemos que hay un amor tan grande,tan inmenso que es igual que el que se siente por un hijo.
TORTA DE RICOTA
INGREDIENTES:
Harina leudante: 370 g
Azúcar : 125g
Manteca : 275 g
Ralladura de limón
Huevo: 1
Relleno:Mezclar:
Ricota : 400 g
Azúcar: 125
Maizena: 1 cucharada
Huevos: 3
Pasas-nueces-canela: a gusto
Mezclar la manteca blanda con el azúcar ,el huevo y la ralladura de limón.
Agregar la harina y unir todo
Colocar la mitad de la masa en una tartera, cubrir con el relleno.Tapar con la otra parte de la masa estirada y hornear
Espolvorear con azúcar impalpable.
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