jueves, 23 de septiembre de 2010

El título soñado


Desde chiquita soñaba con ser maestra, ponía las sillas en fila y le daba clases a mis alumnos imaginarios.
Me marcó fuertemente mi maestra de 6° grado:Noemí Hilda Martínez de Correia, ella era la maestra que yo quería ser.Amable, dedicada y siempre dispuesta a escucharnos, con ella aprendimos contenidos y a enfrentar la vida .
Traté de ingresar al Normal N°1,pero no pude, mi hermana me preparó para rendir el examen de ingreso, pero el puntaje no me alcanzó para ingresar , cursé en ese mismo edificio los dos primeros años, pero por la tarde, en el Liceo 4.Y en tercer año como seguía con la idea del magisterio me cambié a la Escuela Normal Mixta de San Martín donde logré mi objetivo: ser Maestra Normal Nacional (de esas que ya no existen más, estamos en extinción)
Cuánta emoción cuando llegué a cuarto año y empecé con las prácticas docentes, preparaba las clases con muchísimo esfuerzo y en medio de esas prácticas me tocó dar una clase sobre "el sapo" De donde iba yo a sacar un sapo para mostrarles a los niñitos!!!!
Y allí aparece Tito que ya me estaba arrastrando el ala y salió valeroso a conseguirme el sapo que necesitaba para mi clase magistral.
Creo que con esas prácticas enloquecí a más de uno. Tenía que dar una clase, preparé carteles, láminas y mucho material concreto.Al levantarme a la mañana para ir a la escuela nos encontramos con que había paro sorpresivo de colectivos. Increíble que me hicieran eso!!! Yo no podía faltar!!!!
Y allí salió mi papá con su bicicleta, me llevó los cinco km que nos separaban de la escuela, yo sentada en el caño con mi blanco guardapolvo y todos los implementos de la clase. Y llegué y cumplí y me sentí muy feliz.


MERMELADA DE CÍTRICOS

INGREDIENTES:

1 pomelo
3 naranjas
1 limón

Lavar la fruta y cortarla en rodajas finas, quitando las semillas.
Colocarlas en una cacerola con el triple de su volumen de agua.
Dejar así hasta el día siguiente.
Escurrir la fruta reservando el agua de remojo
Cortar las rodajas en juliana
Volverlas al agua de remojo y hervir 10 minutos
Dejar estacionar hasta el día siguiente
Medir la pulpa y el agua por tazas y agregar 1 taza de azúcar por cada taza de fruta y jugo
Hervir a fuego fuerte hasta que al revolver con cuchara de madera se sienta "chirriar" la mermelada.
Al enfriarse toma la consistencia de gelatina.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Primavera del 67

Y el 14 de septiembre nos casamos.
A pedido nuestro todos los amigos y la familia nos regalaron dinero, así que al día siguiente del casamiento salimos de compras: algo de ropa, libros y música.
Y los pasajes para la luna de miel, primero fuimos a San Luis, a la casa de los padrinos de Tito que nos recibieron con todos los honores y unos días después a conocer Mendoza.
Allí sucedieron algunas cosas fuera de lo común, la primera fue el día 19, mi adorado sobrino Javier cumplía un año y nosotros no estabamos presentes.
Yo no estaba acostumbrada a tomar alcohol, solo un poquito de cerveza de vez en cuando, pero en Mendoza no se podía no probar el vino....Fuimos a cenar y mientras esperábamos la comida nos trajeron una jarrita con vino tinto de la casa. Y lo probé y lo volví a probar y descubrí que no me resultaba para nada desagradable y mientras seguíamos esperando la comida lo seguí probando.En síntesis , cuando llegó la cena yo ya estaba mirando con desconfianza al sifón y mientras lloraba le explicaba mi ausencia al cumpleaños del chiquitín. El regreso al Hotel fue memorable, los dos mareados, medio descompuestos, y la maleducada acequia que se nos ponía en el camino y nos impedía un regreso decoroso.Pero finalmente llegamos.
El otro suceso fue apenas un día después, habíamos estado recorriendo distintos y hermosos lugares y al día siguiente teníamos contratada una excursión hasta Puente del Inca, teníamos que madrugar.
Esa noche no pude descansar, me dormía y soñaba con la muerte, veía en mi sueño que alguien muy querido se moría y en mi sueño no podía ver quien era.
Me levanté muy angustiada ,pero teníamos la excursión programada y nos fuimos, cuando volvimos al atardecer, yo seguía con esa sensación que no me había abandonado en todo el día, así que buscamos un teléfono y llamamos a la casa de mi tía Aída que era la que en esa época tenía teléfono en su casa. Cuando le conté lo que me preocupaba y le pregunté por la abuela, que era la más viejita y enferma , me dijo que todo estaba bien, que paseara y disfrutara y no me preocupara por nada.
Al regresar me enteré que esa noche había muerto mi querida prima Norma,una flor que a los 27 años se apagó con la llegada de la primavera, era la mayor de las cuatro y a la que yo de chiquita en los juegos llamaba "mamá Norma" , la que había hecho mi torta de bodas, la que era tan admirada por mí por su inteligencia y su belleza. Fue un golpe terrible, pero sentí que ella al morir había pensado en mí y esa idea me reconfortó . Y ya pasaron 43 años y esa vivencia sigue presente como si fuera ayer.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El primer año en el valle


Todo era distinto, tuvimos que adaptarnos a una casa con menos comodidades,pero la alegría de una vida nueva, borraba las incomodidades y todo estaba bien.
La escuela quedaba a una cuadra de la casa. Como era el mes de septiembre y Laura muy chiquita, habíamos decidido que no trabajaría hasta el año siguiente.
Norma iba a la mañana y los dos varones a la tarde, al medio día los acompañaba y a la salida se volvían solitos, porque era muy cerca y no había peligros.
Al segundo día llega Gustavo con la carita embarrada, mezcla de lágrimas y tierra y me cuenta que una maestra le había pegado. Yo sentí que la tierra se abría, estabamos en el sur y la civilización de la gran ciudad no había llegado, no podía entender que había pasado,pero no aceptaba que hubieran tocado a mi hijo.
Al día siguiente fui a la entrada y mientras esperaba que se abriera la puerta para ir a pedir explicaciones, las otras mamás me cuentan que la directora lo había sacudido porque se distrajo mirando los frisos de las paredes mientras saludaban a la bandera.Tenía siete años!!!!y las paredes estaban decoradas con dibujos de los cuentos.La imponente señora, cuando se dio cuenta de lo que había hecho, le dio un yogur para que no llore.
Por supuesto tuvimos una áspera conversación y le quedó muy claro que a mis hijos no podía volver a tocarlos.
Para el día del maestro me quebré, no podía pensar mi vida sin la escuela y volví a trabajar, con tan buena suerte que me designaron es esa misma escuela.Y allí la directora supo que a mis alumnos tampoco podía castigarlos, y me respetó.
Allí Laura aprendió lo que era el vértigo y la necesidad de sobrevivir a los cuidados de sus hermanos mayores. Al medio día mientras nos preparábamos para ir a la escuela, sus hermanos "la dormían", tiraban el cochecito de una punta a la otra del pasillo y la pobrecita cerraba los ojitos para no marearse y se dormía.Por suerte después quedaba con la abuela, hasta que yo volvía a darle la teta,muy apurada, porque en esa época no existía el período de lactancia ni ninguna contemplación horaria.


TORTA DE NARANJAS
INGREDIENTES:

Naranjas: 2
Huevos:2
Aceite: 100cm
Azúcar: 1 taza
Harina leudante: 1 1/2 taza

Licuar 1 naranja cortada en trocitos con el jugo de la otra, agregar los huevos, el azúcar y el aceite, licuar nuevamente, volcar en un bol y agregar la harina.
Opcional ponerle trocitos de chocolate, pasas o nueces.
Hornear en molde de budín inglés.